No me opongo radicalmente a la idea de que se celebre un referéndum. Si hubiera una amplísima mayoría de personas que quisieran organizarse de otra manera, el resto no tendría por qué imponer su voluntad sobre ellas, por más que fuera contra el sentido común.
Pero eso sí, explíquense bien las dos opciones por las que se votaría. La pregunta no debería estar manipulada y mezclada con otros asuntos, sino simplemente decir: «¿Desea usted que Cataluña deje de ser España?»
NO: Está claro lo que implicaría. Todo sigue siendo más o menos igual.
SI: Cataluña, fuera de España. Esto tendría un montón de implicaciones que no se explican generalmente más que cuestionando tonterías como qué pasaría con la liga de fútbol.
¿Qué pasaría con el ejército? Cataluña tendría que crearlo. Y cuesta bastante dinero crear un ejército.
¿Qué pasaría con la parte de la deuda de España que corresponde a Cataluña (no la deuda autonómica de Cataluña sino la parte proporcional de la deuda nacional)? Cataluña tendría que pagarla. Actualmente Cataluña no es capaz ni de refinanciar su deuda autonómica.
¿Qué pasaría con la UE? Cataluña quedaría fuera y tendría que intentar meterse de nuevo como otro estado cualquiera. No tendrían euro. Tendrían que crear una moneda nueva. Eso cuesta bastante dinero directamente, pero el efecto indirecto es aún más devastador Los políticos tienden a creer que lo que ellos hacen los demás tienen que aceptarlo sin más, pero no es así. Seguro que la moneda tendría un valor ínfimo y se iría devaluando en los mercados progresivamente hasta que la economía catalana fuera capaz de soportar su propia moneda. Tampoco estarían en el espacio Schengen, con lo que los catalanes no podrían ir a trabajar fuera de allí sin visado de trabajo. No serían las únicas implicaciones, pero para hacerse una idea sirve.
¿Qué pasaría con las sinergias? Y ahora un ejemplo de lo que es sinergia: Las embajadas. Supongamos que un país tenga una embajada en cada nación extranjera. Hay casi 200 países en el mundo. No es lo mismo pagar lo que cuestan esas embajadas entre 47 millones de españoles que entre 7,5 millones de catalanes. Esto es una sinergia, un coste que se reduce (o aumenta) al hacer más grande (o más pequeña) una entidad, porque el coste en sí no crece (o decrece) tanto como la entidad. El ejemplo de las embajadas es uno, pero sinergias hay a miles entre España y Cataluña. Con esto no solo perdería Cataluña, las demás comunidades autónomas también lo notarían, pero muchísimo menos.
Todo lo expuesto anteriormente tiene implicaciones económicas muy importantes que exigirían un esfuerzo muy grande por parte de los catalanes para poder seguir adelante el proceso. Y ese dinero lo pondrían los de siempre, los ciudadanos. No los políticos, que son los que viven y vivirán siempre creando este tipo de polémicas y a costa de los mismos de siempre. Pero hay alguna implicación que va más allá.
¿Qué pasaría con los catalanes que quisieran seguir siendo españoles? Pues no les quedaría otra que emigrar. En la situación actual a nadie se le niega el derecho a ser catalán porque ser español no es una condición excluyente. Ningún catalán tiene que emigrar a ninguna parte para ser catalán. Si Cataluña se independizara la condición de catalán excluiría a la de español y viceversa.
¿Qué pasaría con las zonas de Cataluña (algún municipio o alguna provincia) donde localmente no se alcanzara la mayoría necesaria? ¿Tendrían que someterse a la voluntad de las otras zonas aunque no quisieran? ¿Estaríamos ante otra Irlanda del Norte?
Por todo lo anterior: Referéndum, tal vez; independencia NO. Eso sí, me parece bastante importante intentar comprender cómo hay tanga gente dispuesta a volarse un pie. Sería interesante descubrir por qué e intentar que esos porqués desaparecieran.
Independencia